Tres jueves hay en el año que relumbran más que el sol,...

Si bien es tan cierto, como penoso que se pierden las buenas costumbres, que el día de la Ascensión ya casi no sabemos marcarle en el calendario, que el Jueves Santo ya no nos ponemos la corbata desde por la mañana, que sólo se celebra en la tarde, lo que sí que seguimos celebrando es el día del Corpus Christi, aunque lo hemos desplazado un poquito en el día pasándolo al siguiente domingo.

El día de la víspera del Corpus comienzan los preparativos, deshojando las flores, la hierba buena y otras plantas aromáticas que serán esparcidas en la procesión o en años como este que el frío no acompaña a la floración de los rosales, saliendo al campo en busca de amapolas y amarillas, mientras las mujeres se reúnen para vestir el Monumento, y el día del Corpus por la mañana, los vecinos por donde pasa la procesión engalanan sus balcones y ventanas con los famosos mantones de manila típicos de la zona. Gracias a todos aquellos que con vuestra colaboración o presencia hacéis posible la celebración de días tan especiales.

Después del acto es costumbre, fotografiar a los más pequeños junto al Monumento. Los cuales se divierten recogiendo las flores del suelo y volviéndoselas a tirar los unos a los otros.