Un verano entre veranos. Mi verano en Villafrades
Desde el sonido de los palos al de las risas de los niños, una colección de buenos ratos.
Valladolid, 8 de Septiembre de 2015. María Pilar García Pastor
Parece que el buen tiempo se me ha pegado a la piel y me está costando decirle adiós al verano. Escribir sobre el mes de Agosto en Villafrades es como darle el carpetazo al mejor tiempo del año, y a contar los días para que vuelva de nuevo, cayendo de paso una vela más en el pastel de cumpleaños. Al final me he liado la manta a la cabeza y, como no tengo otros ojos que los míos para ver, contaré en primera persona lo visto y vivido a lo largo de estas semanas.
Escribo estas líneas desde un lugar muy diferente desde el que lo hacía un año atrás. Parece que a veces las dificultades que parecen más irresolubles son las mejores oportunidades. Hace un año escribía entristecida por la falta de voluntarias para ser mayordomas de la virgen, este año ya no me siento así: durante este verano he podido compartir con otras mujeres más allá de mi entorno familiar con parecidas inquietudes, y me siento optimista. La Bolsa de Mayordomas tiene cuerda para rato, y pronto tendrá su hueco en villafrades.net. Me gusta decir que todo lo que no evoluciona se extingue, y creo que esto se extiende al mundo de la cultura y las tradiciones. Saber conservar la esencia, la misión, mientras adaptamos las formas y los fondos a nuestra realidad actual es convertir una tradición en verdadero patrimonio común. Tenemos mayordomas para rato, y espero que chiborra, danzantes, y muchas cosas más.
Antes de que la semana cultural diera el pistoletazo de salida, un grupito de niños entre 7 y 10 años se reunía ilusionado cada mañana para aprender nuestro paloteo. Algún nuevo miembro daba sus primeros pinitos, como es el caso de Santiago, con tan solo 6 años, que en tres días apenas precisaba de ayuda para danzar "Un ramo de siete flores" con sus compañeros. No sé muy bien ni como empecé a trabajar con los niños en la danza, pero si que sé por qué sigo: por compartir con ellos algo tan importante para mi, sus caras de curiosidad infinita, sus ganas, su aceptación sin reservas, y su alegría cuando les digo "Muy bien! Esta vez si que salió bien! Choca esos cinco!". Me siento privilegiada de poder conocerles, saber sus nombres, sus familias, como son en la danza y un poco fuera. Serán el futuro de muchas cosas, pero para mi son el presente de mis veranos.
Este año comenzamos pronto las actividades "para todos" ya que Don Acacio, que celebraba sus bodas de platino de sacerdocio, decidió compartir este hito tan importante para él con una excursión a las edades del hombre. Un grupo variopinto de Villafradeños partía para Ávila y Alba de Tormes el día 13 de Agosto. Todos disfrutaron de la excursión, de la comida entre amigos y de canciones varias en el autobús porque hay cosas que no cambian nunca.
Esas noches eran también esas que dicen que dejan ver las lágrimas de San Lorenzo. Este año fueron unas noches espectaculares, con millones de estrellas luciendo como bombillas en el decorado navideño más gigantesco que se pueda imaginar, y fugaces como voladores apareciendo y desapareciendo a cada paso. El que nunca haya disfrutado esta vista que saque un tiempo para escapar a "lo oscuro" y quedarse embelesado mirando al infinito.
La semana cultural estuvo llena de actividades varias para acomodar distintos gustos e intereses. Aprendimos sobre la relación entre el clima y el refranero popular con Jesús Gordaliza; con Gloria Pastor escuchamos los versos de una Santa Teresa luchadora, adelantada a su tiempo, le pusimos imagen y voz a la santa tan celebrada este año. No faltaron los paseos en bici y a pié, en buena compañía. Tampoco faltó la noche solidaria que cada año crece en adeptos y diversión. Huevos y lomo para todos y para repetir, y bingo solidario amenizado por Pedro y Dionisio inspirados y divertidos como siempre. Martín Bizu nos hablaba de África, ese continente vecino y sin embargo tan lejano. Pudimos aprender de robótica y como no, aprender a danzar en nuestros talleres de paloteo donde algunos aprendían nuevos lazos y otros daban sus primeros pasos, como Juan Carlos, o Martín mismo.
Este año comenzamos un nuevo proyecto deportivo, divertido y familiar: la I Legua Veraniega Villafradeña. Unos cincuenta aficionados se calzaron las deportivas y a correr por la cerquilla, por la fuente y vuelta al sindicato. Yo he vuelto a ver estos toros desde la barrera, algo que no me gusta nada en nada. Quizá el año que viene...quizá...
San Roque ocupa siempre un lugar de honor en estas crónicas. Un lugar que la cofradía ha conquistado con su buen hacer y generosidad. Los "roques" con sus capas y sombreros, con sus faroles, con sus medallas, celebran a su Santo y comparten con el pueblo música, hoguera y limonada. Yo disfruto esos días como una niña y cada jota que bailo me ayuda a ir quitando a tiras los agobios de la vida cotidiana, las decepciones y los sinsabores del año entero. Va a ser cierto eso de que San Roque puede librarnos de peste y males después de todo.
Los niños son unos protagonistas especiales especiales antes y durante la fiesta. Por un lado los padres queremos que disfruten, que disfruten del pueblo, que estén entretenidos, y por otro queremos enganchar su corazón. Así los niños han tenido tiempo para jugar al futbol, para disfrazarse, para hacer manualidades y escuchar cuentos.
Y de nuevo llegó el Viernes de la fiesta, y la locura vertiginosa comenzó: disfraces, charangas, vísperas, verbena, peña... y la procesión, el verso y la típica danza. Milagros y Begoña, sonriendo tras la patrona engalanada con mantos y mazapanes, papeluchos, paloteos, fotos y muchos recuerdos.
Este año nos ha acompañado durante la procesión el presidente de la diputación de Valladolid. No creo equivocarme si digo que estoy convencida que está sorprendido y agradecido por la oportunidad que su trabajo le brinda de conocer rincones como nuestro pueblo. Allá partía con su lazo y palos de danzante, sin saber que hacer con ellos, pero seguro que con cierta envidia de no saberlo. Me pregunto que otros rincones habrá podido conocer que a mi se me escapan y sí, es un tipo con suerte.
La fiesta vino y se fue, el pueblo empezó a vaciarse al volver cada paisano a su tarea, a su trabajo. Algunos se quedan, como recordaba Alfonso en la cena de despedida. Algunos tienen en Villafrades su vida todo el año, se quedan y de paso mantienen caliente nuestro sindicato, vigilan el río traicionero, y siguen con sus cosas como todos. Entre esas cosas estará volver los que podamos alguna tarde otoñal a sacar la bici, que este año no puede ni limpiarle el polvo entre tanto jaleo festivo. Volveremos también a celebrar la fiesta de la Virgen del Rosario, y el relevo de mayordomas para el año próximo. Ya miro con ganas a los Santos y otros tantos fines de semana, volver al sindi, al calor de la gloria. Mientras todo eso va llegando pienso revivir el verano a través de algunas fotos estupendas que me recuerden los mejores ratos del mejor verano. Os invito a hacer lo mismo.
Un abrazo Villafradeños.
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