La procesión a la Virgen de Grijasalbas del pueblo de Villafrades lleva celebrándose varios siglos. Para todos los nacidos en Villafrades, o para aquellos que sienten sus raices en este pequeño pueblo de tierra de campos, la procesión de la Virgen es un momento cargado de emociones donde a menudo las lágrimas son difíciles de contener para muchos de los que asisten a ella.
Es esta una procesión muy especial. No se trata tan sólo de la típica danza, antigua y apasionada, tampoco se trata exclusivamente de la hermosa talla engalanada que los Villafradeños portan a hombros y alumbran con cirios a lo largo del camino, es mucho más, ese sentir popular y ancestral que todos comparten y que se plasma en los hermosos versos que dijo el chiborra, Alpiniano, cantados con emoción ante todo su pueblo. El verso recordaba a la Virgen como desde cerca o lejos, sus hijos la recuerdan y le piden protección.
Pero es la entrada de regreso al templo lo que deja a la gente sin respiración. Los ocho mozos y el chiborra bailaron este año ante las andas de la Virgen, sus pasacalles, jotas y lazos durante una hora y cuarto, pero fueron los últimos 25 minutos de una jota ininterrumpida los más emocionantes de la jornada. Los danzantes alzando sus brazos al ritmo de la dulzaina, intentaron repetidas veces evitar la entrada de su engalanada patrona en el templo.
Los que llevan la Virgen avanzan, los danzantes la obligan a retroceder, y así se continúan los minutos entre vivas y alabanzas.
Para los que de aquí nos sentimos, este momento nos recuerda que sólo somos un pequeño eslabón de esa misma cadena muy larga que empezaron nuestros antepasados, que repetían a gritos la misma alabanza:
¡Viva la típica danza!
¡Viva el chiborra!
Pero sobre todo.
¡Viva nuestra Excelsa Madre
Viva nuestra Soberana
Viva el pueblo donde reina
LA VIRGEN DE GRIJASALBAS!
Villafrades de Campos
Ctra Palencia-León km 39
47606, Villafrades de Campos(Valladolid), Spain