Momentos entrañables de la Navidad

¡Ay! ¡Qué época más feliz!

Recuerdo cuando yo era pequeña, que íbamos a comprar los turrones a Villarramiel, a la tienda de la señora Petra. ¡Qué turrones aquellos! Sobre todo el duro, abultaba la tableta el doble que una de las de ahora, empezabas a rumiar un cacho y tenías para media tarde.

Y de vuelta a casa más contenta que unas castañuelas, a mitad de camino la susurras bajito a tu madre, para que no lo oiga ni tu padre ni tu hermano: "La tableta de chocolate es para mí", pues ¿no me la había ganado yo, con mi carita angelical?

A lo que tu madre contesta: "¡Si hombre! Esa es para todos, como todo lo demás.

¡Mi madre no se había enterado de nada de lo que había dicho la señora Petra!