Verso a la Virgen de Grijasalbas
El tradicional verso no faltó el día de Fiesta Mayor
Villafrades de Campos, 27 de agosto. María Pilar García Pastor
"No puede haber fiesta como siempre. Es peligroso". Estas palabras u otras similares cayeron como un mazazo para muchos villafradeños. El primer pensamiento sobre lo que perdíamos podía ser la fiesta y el jolgorio, o quizá que seguramente dejaríamos de ver a algunos de nuestros seres queridos. Echaríamos de menos las peñas, esos agrupamientos diversos que dicen tanto de nuestra historia personal.
Pero sin duda, lo que a todos se nos echaba encima era la danza, nuestra típica. Esas castañuelas, los lazos, los palos... y danzar; volver al principio, danzar con los nuestros, nuestra familia, nuestros amigos. Los palos en Villafrades son el hilo conductor de muchas actividades, de muchos recuerdos, de amistades forjadas, de herencia. A muchos nos danza el corazón al sonido de la dulzaina.
Pero estoy segura que como yo, la procesión de la Virgen es para muchos un momento de catarsis, más fuerte que cualquier fé incluso. Es un momento de comunión con familia, vecinos, incluso nuestros antepasados. Es el momento en que mi vida cambia de año, en que las lágrimas se enjuagan, las esperanzas se renuevan.
El verso a la Virgen es para mi ese punto culminante donde enfrento lo vivido y me enfoco en el por vivir. "Vale, no hay fiesta, ni palos, ni danza, pero la Virgen tiene que tener a sus danzantes y a su chiborra". Precisamente este año, el año del COVID, el año en el que como comunidad posiblemente hemos sufrido más que nunca en los últimos tiempos, no puede faltar ese verso. Algo ya se iba fraguando en mi cabeza. En lo personal además los últimos meses han sido difíciles, muy difíciles. "Tengo que sacar esto fuera, tengo que gritarlo". Y así creció en mi la idea: faltará gente, mucha gente querida, pero no faltarán danzantes y chiborra para acompañar a la Virgen, aunque sea sin bailar.
Muchos no habéis podido venir, por y para vosotros sobre todo, aquí (pincha aquí) os comparto el verso a la Virgen de Grijasalbas 2020.
Verso a Nuestra Señora, la Virgen de Grijasalbas 2020
¡Oh, Virgen de Grijasalbas!
Aquí te traigo este verso,
un trocito de mi alma
en palabras enredada.
Es sencilla poesía
pero con amor cantada.
No faltamos a la cita
los que tanto te queremos
y aquí tienes otro año
a tu chiborra, a tu pueblo
Vengo con la frente baja
de dolor y sufrimiento,
a pedirte más que nunca
tu protección y consuelo,
pues los golpes de la vida
nos han azotado el cuerpo,
y ha sido el año más duro
que hubiera en nuestro recuerdo.
Casi todos los que ahora
caminamos tus senderos,
vivíamos ignorantes
de la suerte que tenemos.
En poco tiempo enfrentamos
enfermedad, desconsuelo
y adioses irreparables
que nos destrozan por dentro.
Pero en los tiempos del miedo
lo mejor también florece.
Vecino, hermano o amigo
el corazón agradece.
Gracias a los sanitarios,
trabajadores maestros
y buenos agricultores
que nos trajeron sustento.
Al alcalde y a su equipo
por liderar con su ejemplo
en tiempos de incertidumbre
agradecemos su esfuerzo.
A los niños su cariño,
a los mayores su celo,
y a todos los que nos quieren
hacerlo más llevadero.
María de Grijasalbas,
volvemos si hemos podido
a ponernos a tus plantas;
los corazones fundidos
No han faltado mayordomas
para venirte a rezar,
a vestirte con tu manto
que nos da una identidad.
Renunciaron a sus galas
con amor y convicción,
y han mostrado generosas
cómo hacer bien su labor.
No te faltan tus danzantes
para bailar en tu honor.
Si no pueden los zapatos
lo bailará el corazón.
Ser danzante es más que lazos,
o enaguas con almidón.
Danzante de casta honda
se lleva en el interior,
y muchos aquí presentes
lo han sido, serán y son;
igual hombres que mujeres
veneran la tradición.
Y un chiborra que te canta
de nuevo un verso en tu honor,
humilde quiere pedirte
regales tu protección.
No se madre si sabremos
aprender de lo vivido.
Anímanos a ayudarnos
a transitar el camino,
a cuidar con gran cariño
corazones más heridos.
Ayúdanos a enfrentarnos
a un futuro bien incierto;
protégenos de la pena,
refuerza nuestros afectos.
Vela por esas labores
que sostienen nuestro hogar;
campo fábrica o escuela,
oficina u hospital.
Sea cual sea el oficio
danos tú seguridad.
Empuja nuestro sentido.
Da a la ciencia lucidez.
Enséñale al poderoso
lo bello de hacer el bien.
María de piedras blancas,
de rostro dulce y sereno.
Danos fuerza generosa,
Allana el tosco sendero.
Que nuestra tierra de campos
navegue esta desazón,
y mi tierra vaciada
recupere población,
y a pesar de ser difícil
mantenga su tradición.
En memoria de los nuestros
Y de su profundo amor
Y ahora unamos las voces
Cargadas con la emoción.
Que juntos podemos más.
Elevad alto el clamor.
¡Viva nuestra patrona
La Virgen de Grijasalbas!
María Pilar García Pastor
